Mi humilde opinión:
Quien no ha
oído nunca hablar de esta obra literaria?
O bien,
quien no ha visto nunca ninguna de las famosas películas basadas en los libros
de Lewis Carroll?
Y es que es uno de los libros infantiles más famosos de todos los
tiempos.
Y el hecho de trasladarlo a la gran pantalla fue un gran éxito para Walt
Disney en 1951, y mucho más aún cuando lo hizo Tim Burton en 2010.
Hoy he decidido que me voy a centrar tanto en el libro como en la película.
La historia trata de una niña, Alicia, que es una niña a la que no le gusta
leer libros sin dibujos. Un día se encuentra con su hermana a la orilla de un
río, aburrida y de repente ve cómo un conejo blanco revisa su reloj y exclama
que llega tarde. ¿De dónde viene el conejo y por qué llega tarde? Movida por la
curiosidad Alicia lo sigue y llega a un mundo subterráneo lleno de maravillas,
donde vive miles de aventuras que rozan lo irracional, donde las situaciones
son como en los sueños y los animales hablan.
He de decir que, como ya he nombrado en otra ocasión, soy partidaria de
leerme el libro antes de ver la película, pero en este caso, volvió a ser la
película la que me hizo querer leer el libro. Y por primera vez han quedado en
el mismo nivel los dos.
Mi principal motivo para querer ver la película y después querer leerme el
libro, fue que, aparte de ser una obra literaria muy famosa, es que es un libro
pensado para ir dirigido a los niños, por lo que requiere mucha
imaginación.
Por eso creo que necesitas tener una mente muy abierta, despejada de
cualquier "síndrome de adulto" por unos instantes (los que dure
el libro o la película), y dejarte llevar por cada situación descrita e
imaginar lo inimaginable, crear en tu mente esos personajes que Lewis creó de
la nada y que los niños tienen tanta facilidad de imaginar.
Necesitas zambullirte en ese mundo imaginario en el que lo lógico es
la fantasía y lo absurdo lo habitual. Una tarea un tanto complicada si no estás
dispuesto a abandonarte de lleno en ese mundo.
Exactamente todo esto logró hacerlo, una vez más, el gran Tim Burton, el
maestro de crear lo inimaginable.
Os animáis a sumergiros en los maravillosos mundos que inventó Lewis Carroll? A veces es necesario dejarse llevar por nuestra imaginación.
Sobre el autor:
Charles Lutwidge Dodgson (Daresbury, Cheshire, Reino Unido, 27 de enero de 1832-Guildford, Surrey, Reino
Unido, 14 de enero de 1898), más conocido por su seudónimo Lewis
Carroll, fue un diácono anglicano, lógico, matemático, fotógrafo y escritor
británico. Sus obras más conocidas son Alicia en el país de las maravillas y su
continuación, Alicia a través
del espejo.
Dodgson escribió poesía y
cuentos que envió a varias revistas y que le reportaron un éxito discreto.
La mayor parte de estos
escritos de Dodgson son humorísticos, y en ocasiones satíricos. Pero tenía un
alto nivel de autoexigencia. En julio de 1855 escribió: «No creo haber escrito
todavía nada digno de una verdadera publicación (en lo que no incluyó a
la Whitby Gazette o al Oxonian Advertiser), pero
no desespero de hacerlo algún día».
En 1856 publicó su
primera obra con el seudónimo que le haría famoso, firmado por Lewis Carroll.
El sobrenombre lo creó a partir de la latinización de su nombre y el apellido
de su madre, Charles Lutwidge.
También en 1856, un nuevo
decano, Henry Liddell, llegó a Christ Church, trayendo con él a su joven
esposa y a sus hijas, que tendrían un importante papel en la vida de Dodgson.
Éste entabló una gran amistad con la madre y con los niños, especialmente con
las tres hijas, Lorina, Alice y Edith. Parece ser que se convirtió en una
especie de tradición para Dodgson llevar a la niñas de picnic al río, en
Godstow o en Nuneham.
Fue en una de estas
excursiones, concretamente, según sus diarios, el 4 de julio de 1862,
cuando Dodgson inventó el argumento de la historia que más tarde llegaría a ser
su primer y más grande éxito comercial.
Él y su amigo, el
reverendo Robinson Duckworth, llevaron a las tres hermanas Liddell (Lorina, de
trece años, Alice, de diez, y Edith, de ocho) a pasear en barca por el Támesis.
Según los relatos del propio Dodgson, de Alice Liddell y de Duckworth, el autor
improvisó la narración, que entusiasmó a las niñas, especialmente a Alice.
Después de la excursión,
Alice le pidió que escribiese la historia. Dodgson pasó una noche componiendo
el manuscrito, y se lo regaló a Alice Liddell en las Navidades siguientes. El
manuscrito se titulaba Las
aventuras subterráneas de Alicia (Alice's Adventures Under
Ground), y estaba ilustrado con dibujos del propio autor. Se especula que
la heroína de la obra está basada en Alice Liddell, pero Dodgson negó que
el personaje estuviera basado en persona real alguna.
Tres años más tarde,
Dodgson, movido por el gran interés que el manuscrito había despertado entre
todos sus lectores, llevó el libro, convenientemente revisado, al editor
Macmillan, a quien le gustó de inmediato. Tras barajar los títulos de Alicia
entre las hadas y La hora dorada de Alicia, la obra se
publicó finalmente en 1865 como Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas
(Alice's Adventures in Wonderland), y firmada por Lewis Carroll. Las
ilustraciones de esta primera edición fueron obra de sir John
Tenniel.
El éxito del libro llevó
a su autor a escribir y publicar una segunda parte, Alicia a través del espejo (Through the
Looking-Glass and what Alice Found There).
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